La selfie es considerada como una nueva forma de comunicación del siglo XXI.
Aunque no lo creas, el concepto Selfie, es mucho más antiguo que la creación de la televisión o la cámara de video. El primer selfie, más conocido en ese momento como autorretrato con una cámara de fotos, fue realizado por Robert Cornelius y se llamó “La primera fotografía lumínica jamás tomada, 1839”.
Pero la cosa no queda aquí, los millenials y la generación Z, tienen la fiel creencia de que los selfies frente al espejo, son una invención de su generación. Nada más alejado de la realidad. En 1900, Anastasia Nokoláyeuna, con solo 13 años, se convirtió en la primera adolescente en realizarse una foto a sí misma, con la ayuda de un espejo.
El verdadero fenómeno del selfie, tal y como lo conocemos ahora, surge durante la famosa entrega de los Premios Oscar de 2014, cuando la presentadora Ellen DeGeneres, se hizo una foto con otros famosos y la subió a Twitter. En ese momento, tanto la propia palabra como la práctica del selfie se convirtieron en un fenómeno que dio la vuelta al mundo en cuestión de segundos.
Este hito fue solo el principio, ya que tras él llegaron muchos otros. El astronauta Mike Hopkins, se hizo una foto mientras estaba en el espacio con la Tierra de fondo; La Reina de Inglaterra colándose en una selfie de dos jugadoras de hockey o la foto que se tomó Obama durante el funeral de Nelson Mandela, son solo algunas de las selfies más virales de la historia.
Lo cierto es que este fenómeno no trata solamente de famosos, sino que, gracias a las rr.ss. la famosa selfie se ha popularizado en todo el mundo, convirtiéndose a día de hoy, en una herramienta de comunicación imprescindible en la vida cotidiana de muchas personas.
Este tipo de fotografías se ha convertido en un estilo de narrativa propio de las nuevas generaciones, haciendo más real que nunca la famosa frase “una imagen vale más que mil palabras”.
La selfie es un hito más de esta era, sobre todo con el nacimiento de Instagram y otras redes sociales donde la imagen toma un papel prioritario, contando a través de una fotografía cualquier aspecto de nuestra vida y dejando en un segundo plano a las palabras, que quedan como un mero apoyo de estas imágenes.
La selfie, se ha convertido en toda una forma de comunicación del siglo XXI, con una narrativa propia e individual, en el que cada persona puede contar a través de una sencilla imagen qué le ocurre, siente o vive.
Artículo de opinión publicado en el medio de comunicación Murcia Economía. Pincha aquí