La esclavitud 2.0. ¿Cuánto cuesta una mujer? y ¿una niña?

La trata de mujeres, niñas y niños con fines de explotación sexual es la forma de esclavitud más extendida en la actualidad.

El 23 de septiembre el es Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas.

            La trata de personas es un gravísimo atentado contra los derechos humanos y que tiene varias finalidades: explotación sexual, explotación laboral, trabajos forzados, tráfico de órganos, etc. De estas, la relacionada con la explotación sexual es la más habitual y conlleva un fuerte componente de género, pues la inmensa mayoría de sus víctimas son mujeres y niñas.

Ha desbancado al tráfico de drogas para posicionarse como el segundo negocio ilícito que mayor cantidad de dinero mueve en todo el mundo, solo por detrás del tráfico de armas. La compraventa de personas con fines sexuales está considerada como la esclavitud del siglo XXI y su erradicación se incluye en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Es un delito del que no está exento ningún país.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha contabilizado a 2,5 millones de víctimas, aunque la propia organización reconoce que esta cifra no refleja fielmente la realidad, pues se calcula que por cada persona tratada identificada existen veinte más sin identificar. Pese a que el perfil de las víctimas sea el de mujeres y niñas procedentes de países de Europa central, África o América del Sur, España no se libra de esta lacra: nuestro país es uno de los principales destinos para la explotación sexual y está considerado como un ‘paraíso del turismo sexual’, dados sus altos índices de consumo de prostitución. Su localización estratégica en los movimientos migratorios explica la importancia del problema en España, puerta de entrada a Europa y a la vez, país de destino y de tránsito para las víctimas de trata.

La igualdad de género es condición indispensable para lograr el desarrollo sostenible mundial y un principio fundamental de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. En concreto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 recuerda a los gobiernos, a las Naciones Unidas y a la sociedad civil, que para lograr la igualdad de género es necesario erradicar la violencia y la discriminación contra las niñas y las mujeres tanto en el ámbito público como en el privado, incluyendo como tales la trata, la explotación sexual y otros tipos de explotación. Los poderes públicos tienen la obligación de perseguir el crimen y prevenir el delito, pero también de actuar sobre la demanda, pues es indudable que sin demanda no habría este mercadeo de seres humanos.

Para terminar con esa demanda, la formación y sensibilización ciudadana son la clave. Y ahí, las instituciones deben desarrollar acciones mediante las cuales se informe a la ciudadanía de la grave vulneración de derechos que sufren la mayoría de personas que ejercen la prostitución. Aunque, evidentemente, no todas las personas que se prostituyen son víctimas de trata, estas cuestiones no pueden desvincularse, ya que la primera es consecuencia de la segunda, y el hecho de que sean mayoritariamente los hombres los que pagan por servicios sexuales y sean las mujeres las que venden su cuerpo, hace que la prostitución sea una cuestión de desigualdad de género que debe ser abordada desde la perspectiva de género y muy especialmente desde el plano de la educación afectivo-sexual.

Son muchas las personas que no son conscientes de la realidad que viven diariamente las mujeres, en primer término, que ofrecen servicios sexuales. El tema de la prostitución es un tabú que muy pocos quieren abordar desde un punto de vista realista y crítico. Y al mismo tiempo, hay que destacar que la demanda de prostitución en España es de las más altas de Europa y que los clientes de prostitución son cada vez más jóvenes. Éstos realizan un consumo de la prostitución desde una mirada discriminatoria hacia la mujer, tratándola como un objeto o entretenimiento, sin pararse a pensar si pudiera tratarse de una víctima de explotación sexual.

Desde el Área Mujer de Marevents, donde nacen las campañas de comunicación y sensibilización ciudadana con perspectiva de género, estamos trabajando conjuntamente con diferentes organizaciones e instituciones que nos han solicitado acciones que consigan llegar a su entorno, así como a los vecinos y vecinas de sus municipios, y en las que se muestre de manera clara la realidad de las mujeres que siendo víctimas de la trata son explotadas sexualmente. Campañas de sensibilización ciudadana como “Bienvenido a la explotación” en la que se muestra a pie de calle, mediante una acción de Street Marketing, las consecuencias y la gravedad que conlleva el consumo de prostitución, y como una víctima lo sufre. También hemos desarrollado acciones como “No soy un juguete”, “La Trata, un supermercado de mujeres” y la muy impactante “Hazlo aquí, hazlo ahora, no te escondas”. Se trata de acciones de sensibilización ciudadana que consiguen llamar la atención de la ciudadanía y transmitir de una manera diferente y atrevida, que el consumo de prostitución, lleva implícito la explotación sexual de mujeres e incluso menores.

 Es hora de dar un paso real adelante y acabar de una vez con estos abusos que tristemente pasan desapercibidos en nuestro día a día, pese a ser tan graves y preocupantes; por eso desde Marevents ideamos campañas innovadoras con las que siempre mantenemos nuestro firme compromiso con la eliminación de cualquier tipo de violencia que se ejerza sobre las mujeres.

Artículo de opinión publicado en el medio de comunicación Murcia Economía. Pincha aquí